Aztec Strikers: Side Story.
Dec. 26th, 2020 07:31 amPersonaje: OC's
Advertencia:
Es un "CANON DIVERGENT AU" inspirado en el fanfic "Beyblade: Aztec Strikers" escrito por mi amigo Joey Hirasame.
No hay una beybatalla propiamente, porque no sé escribirlas, I'm sorry.
Realmente esto no va a suceder en el fanfic, o al menos no así (?). Es una de las muchas pendejadas que suelto en mi facebook sobre los personajes y resultó que me animé a escribirla.
******
Sergio no sabía enteramente que iba a pasar, pero sabía que iba a pasar algo. Le bastaba con ver la expresión pensativa de Jordan mientras aún tenía la vista en la pantalla que señalaba su siguiente encuentro con la Dinastía F, y la de Valeria, que era como si quisiera clavarle un puñal en la espalda a su compañero.
Se llevó la mano al puente de la nariz y trató de contar lo más rápido posible hasta 10, aunque contar rápido hiciera que perdiera el efecto del ejercicio. No conocía a estos chicos, al menos no mucho, pero ya conocía el temperamento de Valeria al menos lo suficiente como para saber que si te estaba mirando de esa manera, era porque ibas a cometer, según sus palabras y planes, una pendada. Combinando esto con Jordan, que aunque impredecible era obvio que amaba el deporte y al mismo tiempo le encantaba divertirse con ello…
Era obvio que ese algo, al pasar, no iba a ser precisamente tranquilo.
“Nadie dijo que lidiar con adolescentes sería fácil.”
—¿Entonces quienes van contra los Fernández?
Todos se giraron a ver Yesenia, que estaba de brazos cruzados mirando por su parte a los presentes, aunque se quedó viendo un segundo más a Iñaki antes de terminar en Valeria.
—Dado los recientes eventos —Sergio alcanzó a observar a Iñaki mirar hacia otro lado—, nuestras mejores opciones son Jordan y tú. El orden no tengo problema, sólo no se confíen.
—¿Segura?
El tono de duda en la voz de Yesenia hizo que la morena afilara más la mirada. Pero antes de que pudiera contestarle algo que pudiera terminar mal, intervino:
—Raúl y Julia son buenos, sí. Pero mientras estén solos es posible ganarles. Sólo hay que estar atentos a su estrategia, encontrar una debilidad y aprovecharla. Los tres —dijo subiendo un poco el nivel de su voz, y así llamar la atención de Iñaki— tienen las habilidades para lograrlo.
—Pues bueno, mejor para mí —Yesenia se giró a Iñaki— Ven.
—¿Yo por qué? —preguntó el chico sorprendido por la invitación.
—Tu no preguntes y ven —espetó agarrándolo de la muñeca y arrastrándolo hacia los vestidores, mientras no sabía qué decir o qué hacer ante la actitud de su compañera.
Sergio soltó un suspiro. No creyó que extrañaría la maña de Iñaki de andar de bocón y regándola, pero helo ahí.
—Don’t worry coach —volvió la vista a Jordan, que sonreía con calma. A veces envidiaba a ese chiquillo, ¿es que no había nada que lo preocupara?—. Estará bien.
—Por supuesto que va a estar bien —exclamó Valeria, extendiendo la mano al chico, quien sin decir o preguntar nada le entregó su beyblade. El gesto aprendido ya a esas alturas—. Es Iñaki, una derrota no lo va a detener. Solo espero que no le dure mucho su teatrito.
Jordan la miró, su semblante había cambiado. Miraba con curiosidad
—¿tea...teatrio?
—Teatrito. Por supuesto. ¿Recuerdas a Yesenia, al inicio? —El californiano asintió—. Bueno, sí, perder fue horrible, más de la manera en la que lo hizo, pero al siguiente día ya estaba volviendo a entrenar. Y mirala ganando. Iñaki a estas alturas debería estar haciendo lo mismo, pero ya van tres días. Si sigue así se quedará en la banca el resto del campeonato.
Sergio hizo una mueca que sabía Valeria no podía ver porque fácil le sacaba más de 30 cm a la muchacha. Pero la de Jordan sí la pudo ver, sólo que decidió ignorarla.
—That’s harsh.
—Eso es beyblade –contestó ella, al fin yendo hacia los vestidores, aun con el beyblade de Jordan en la mano. Era obvio que le echaría una ojeada antes de su beybatalla.
—You don’t agree with her, do you?
Sergio se giró a verlo.
—En algo tiene razón, si Iñaki no se apura, no podrá seguir beybatallando. Pero sí, fue un poco insensible al respecto.
Y fue cuando lo vio. El cambio en la expresión de Jordan, donde su mueca se había convertido en una mirada de determinación, y una sonrisa. Esa sensación de que algo iba a pasar volvió, aún más fuerte que antes y no se pudo contener.
—¿Jordan?
—¿Sí?
—¿En qué estás pensando?
—En nada, compermiso —y se fue.
Hacia el lado contrario que Valeria.
—¡JORDAN!
—Esta bien coach, ya vuelvo—logró oír mientras se iba sin siquiera mirarlo.
Claro que no le creyó.
-.-.-.-.-.-
La batalla contra la Dinastía F era la última del día, lo cual le dio suficiente tiempo a Valeria para darle una última checada al beyblade de Jordan y al de Yesenia, luego de haberse ido quien sabe a donde con Iñaki, ambos regresaron a tiempo. El chico al fin estaba platicando.
Que bueno.
—Y acuérdate, Julia es un poco más aventada que su hermano, entonces esto puede volverla más descuidada. Pero estoy seguro que tienes fuerza para aguantar lo suficiente contra ella y aprovechar. Raúl en cambio...
Y de beyblade, que mejor.
Lo que sea que le haya dicho Yesenia o lo que haya hecho con él, lo ayudó; y eso era una excelente señal. Perder era difícil, pero entendía que para alguien como Iñaki pudo haber sido más profundo.
Jordan llegó después, casi 10 minutos antes del encuentro, caminando bastante tranquilo para alguien que estaba a punto de entrar a batalla.
—Llegas tarde. —le reprimió la norteña.
—It’s fine, right coach?
Sergio reprimió las ganas de volver de llevar su mano al puente de su nariz. Jordan no era idiota, sabía que por más que Valeria quisiera, el que tenía la última palabra era él, así que si alguien tenía que regañarlo era él, no su compañera.
—Sólo no lo hagas otra vez.
Valeria puso los ojos en blanco exasperada, pero de todas maneras le entregó el beyblade rojo a su dueño, quien sonrió.
—¿Listos?
Y esta vez los cuatros asintieron.
-.-.-.-
Después de algunas batallas te acostumbras de cierta manera al vitoreo y gritos de la gente. O tienes que, de otra manera esto podría terminar afectando tu desempeño. Pero si tenía que ser honesto, aún le parecía increíble haber logrado conseguir un equipo tan bueno que les permitiera llegar tan lejos. Con sus altas y sus bajas, Sergio confiaba en los muchachos.
—Bien, ir contra los Fernández no será fácil, pero tampoco imposible.
Les dijo el entrenador.
—Siempre y cuando no hagan una pendejada —agregó Valeria mirando a Jordan, quien hizo como que la virgen le hablaba.
Yesenia pareció extrañada por el intercambio, pero no dijo nada. Iñaki en cambio, lucía bastante confundido.
—¿Que tipo de pendejada?
—¡Buenas tardes damas y caballeros y bienvenidos sean a la siguiente etapa del campeonato mundial de beyblade!
La voz del referee interrumpió cualquier tipo de conversación.
—El día de hoy la última pelea es entre los Aztec Strikers de México, y la Dinastía F de España. Sin embargo, tenemos una petición especial para este encuentro.
Sergio apenas y pudo reaccionar para cuando escuchó el “¿QUE HICISTE?” de Valeria.
—El capitán de los Aztec Strikers ha solicitado una pelea por equipos contra la Dinastía F.
La sorpresa y la emoción se esparció por todo el estadio. El equipo contrario parecía anonadado y su equipo...
—¿¡QUÉ!?
Esta vez fueron Yesenia e Iñaki quienes miraron a Jordan incrédulos. Sergio se llevó la palma de la mano a la cara. Saber que algo pasaría no significaba estar preparado para ello y viéndolo en retrospectiva tenía mucho, sino es que bastante sentido, que fuera Jordan quien pidiera algo así. Y obviamente Valeria se dio cuenta de la posibilidad con tan solo verlo al momento en que anunciaron la pelea.
—¡No! —espetó de inmediato la morena.
—¿Jordan estás seguro? —preguntó Yesenia. La chica podía confiar en las habilidades individuales de su líder, pero como todos sabía que en equipo por más buenos que fueran no tenían la práctica. Y los Fernández habían luchado así casi toda su vida.
—Sí. Confío en ustedes —dijo con simpleza el mayor.
Valeria dio un paso al frente; ya no estaba molesta, estaba furiosa. Lo que había visto como una victoria se estaba yendo a la basura por la propuesta de Jordan.
—¡La aceptamos!
La voz de Julia llegó hasta ellos, todos los Aztec Strikers la miraron en una mezcla entre angustia y asombro antes de regresar la vista a su capitán.
—I don’t think you understand what’s at risk— siseó.
La expresión en inglés lo tomó por sorpresa, no sólo a él, sino a Jordan, Iñaki y a la propia Yesenia. Pero Jordan se repuso de inmediato y endureció la mirada.
—I don’t think you understand what this is about.
Sergio los vio, primero a una y luego al otro. La tensión, el antagonismo... ahí había un reto para cada uno y ninguno de los dos iba a ceder.
—Muchachos…
Puso una mano en cada hombro, y fue como si el hechizo en cada uno se hubiera desvanecido, porque Valeria inmediatamente se dio la vuelta hacia el estadio.
—Vas con Yesenia.
—Bien —Jordan miró a su derecha—. Iñaki, you and me buddy.
Honestamente, Sergio sabía que eso ya era pasarse. Jordan lo estaba haciendo a propósito, pero antes de darle la razón a la regiomontana vio a Iñaki. Iñaki que aún hace unos momentos parecía no estar seguro de lo que hacía, que había dudaba de su lugar en el torneo… acababa de iluminarsele el rostro, emocionado.
—¡A huevo!
—¡CHINGADA MADRE!
Y con esa última exclamación de irritación Valeria se dio la vuelta y fue a sentarse a la banca, de brazos y piernas cruzadas y con los ojos cerrados.
Iñaki la miró preocupado, pero Jordan la ignoró y miró a Yesenia.
—Nada en contra tuya. Pero…
—Mira Jordan, la mitad del tiempo no sé qué chingados tienes en la cabeza —expresó la muchacha—. Pero si crees que pueden hacerlo funcionar, adelante. Tu también —agregó viendo a Iñaki.
—¡Ya verás que ganaremos Yesi!
La muchacha ya iba a soltar una palabrota por el apodo que era obvio que no le agradaba pero se detuvo al sentir la mano de Jordan en su hombro.
—Gracias, te juro que no te arrepentirás —miró a Iñaki entonces— are you ready?
—AYE CAPTAIN!
-.-.-.-.-
Cuando los beyblade salieron del estadio, honestamente Sergio no estaba sorprendido de que fueran Tlaloc y Mictlan. Era de cierta manera obvio dado el desarrollo de la batalla. Pero lo que sí le sorprendía era la expresión de los participantes. Obviamente Raul y Julia estaban más que felices por los tres puntos que habían ganado, pero había algo más en su mirada, perceptible sólo cuando se volvían a sus contrincantes. Esa mezcla de respeto y expectativa que suelen traer los buenos enfrentamientos.
Jordan e Iñaki lucían bastante agotados, pero a pesar de la derrota esta situación delante de él era muy diferente a las anteriores que había visto en su equipo. De entrada Iñaki estaba sonriendo, y Jordan parecía bastante feliz con el resultado conseguido a pesar de la derrota. El chico alzó el puño e Iñaki hizo lo propio, chocando el uno con el otro.
Sergio sonrió. Las chicas tenían razón, eran unos niños pero, eso no era necesariamente malo.
—¿Era necesario esto?
Sergio miró a Yesenia, quien no dejaba de mirar a sus compañeros que ya estaban dando la mano a los Fernandez para felicitarlos entre risas y promesas de nuevos encuentros. Parecía bastante confundida con la escena delante de ella.
—¿Una batalla que les subiera los ánimos?
—Perder.
—Bueno, míralo de esta manera —empezó—. Es el inicio del torneo, aún quedan equipos a los cuales enfrentarse. Solo no hay que perder de vista lo que importa y podrán reponerse.
La chica pareció dudarlo, pero no lo contradijo.
—’ta bien.
Los chicos bajaron del bey estadio, aun sonriendo por la increíble batalla que acababan de tener. Sergio no podía recibirlos con menos la verdad.
—Bien hecho.
—Le prometemos que de aquí en adelante solo habrá más y más victorias— exclamó Iñaki alzando el puño con Tlaloc en su mano—. Ya no hay espacio para las dudas.
—Si pelean con la misma energía, intensidad y emoción de hoy, estoy seguro que sí. Andando.
Valeria seguía en la banca, pero al menos ya no parecía molesta, sólo estaba escribiendo como maníaca en su cuaderno. Antes de que le hablaran ella ya estaba de pie, caminando hacia ellos. O mejor dicho, hacia Jordan.
—I assume you are planning on winning your next encounters after this.
—¿Por qué me hablas en inglés?
—¡Para ver si así me entiendes! —exclamó, al parecer la ira inicial realmente no se había ido— You are here because you are the best, you are the one that’s supposed to get us to the final and win. That’s the plan. Not this!
Sergio sabía inglés, y sabía que Iñaki también, y aunque Yesenia no entendía mucho sabía interpretar muy bien el contexto. Todos sabían lo que estaba pasando.
Jordan tomó aire con los ojos cerrados cansado. Cuando los abrió, volvió esa misma expresión de antes de iniciar el encuentro.
—This, Valeria, is beyblade. Y si tu no lo entiendes, better change that plan of yours soon or you gonna get disappointed.
La muchacha no contestó, sólo se dio la media vuelta, y aunque Sergio sabía que tendría que hablar con ella, sabía que no era ese el momento, así que para olvidar el escándalo se volteó a los chicos y los invitó a cenar algo.
-.-.-.-.-.-
Habían decidido cenar en el hotel, en un rincón apartado donde no pudieran molestarlos. Nadie estaba de humor para salir, sólo querían comer y descansar. Ninguno de los tres parecía estar muy preocupado por su compañera. Entendían que la regiomontana lo último que quería era verlos. De cierta manera se habían puesto los tres en su contra.
Mientras cenaban, Iñaki no dejaba de hablar de todo lo que quería hacer, de lo que quería poner a prueba. Jordan y Yesenia lo escuchaban, el primero con interés y de manera atenta, la segunda aún con antipatía, pero al menos ya no parecía querer callarlo con un golpe como al inicio.
—Así que aquí están.
Todos voltearon a la voz que les llamó, Valeria estaba de pie a un lado de su booth, en una mano unos papeles y la otra extendida.
—Sus beyblades.
Jordan e Iñaki estaban tan sorprendidos que al parecer hicieron la única cosa lógica que sus cuerpos recordaban y esa fue extenderle los beyblades a su compañera, quien los tomó sin problema en la mano extendida.
—Creí que estabas encabronada —comentó Yesenia, rompiendo con el encanto.
Sergio pensó lo mismo.
—Estoy emputada —corrigió Valeria—. Pero estar emputada y no hablarles solo es una pérdida de tiempo. Y pues no es un lujo que no podemos darnos, por si no se habían dado cuenta.
El sarcasmo salía de sus palabras mientras miraba a Jordan e Iñaki.
—Valeria, vamos a ganar los que siguen —le aseguró Iñaki.
—Claro que lo harán —le extendió los papeles al entrenador—. Mañana empiezan un nuevo entrenamiento.
—¡QUE!
Pero no les contesto, ya había terminado de hablar con ellos, ahora solo esperaba la respuesta de su entrenador.
Sergio dio una leída por encima a lo que le había dado la chica. Era un cambio en el régimen de los chicos sí, pero nada extraordinario y aunque eso en parte dependía de él, las sugerencias de Valeria…
—No puedo leerlo ahora, pero no está mal a simple vista. Lo hablamos en la mañana
—¿Neta? —pregunto Iñaki, tomando el papel y empezar a leerlo.
—Sé que perdimos, ¿pero cambiar el entrenamiento a estas alturas no es too much?
Valeria entonces se giró por completo a Jordan, haciendo que su pelo diera un efecto más dramático a la acción.
—Si vas a seguir con tus chingaderas, tenemos que estar listos para al menos ganar cuando las hagas.
Y con eso se fue al fin. Dejando a los demás aún más cansados que antes. Sergio respiró hondo.
“Nadie dijo que lidiar con adolescentes sería fácil… pero nadie le había dicho que sería así.”